Santesteban es el mundo de lo personalizado, las series limitadas y el saber hacer.

Nuestros objetos cuentan historias y reflejan emociones. Son herencias modernas de por vida.

En los diseños existe una relación de armonía con la naturaleza. Y en ella está la materia prima que Verónica Santesteban elige todos los años y luego trabajan joyeros, ebanistas, bordadoras.

Cada pieza nace a partir de la rusticidad y se cincela por los mejores en su oficio. 

Somos un enlace con las clientas que valoran lo hecho a mano como un articulador de universos.

Todos los detalles reflejan la belleza de lo imperfecto. Porque cada piedra de ónix, fragmento de madera, asta, hueso y tejido de chaguar es distinta, única e irrepetible.

Esos son los materiales que hoy trabajan la tercera generación de artesanos, los guardianes de una sabiduría que se aprende viendo y haciendo.

Nuestros objetos se materializan en procesos lentos y laboriosos. Cada producto habla de un paisaje y de su gente. 

Buscamos incidir en el rescate y la revalorización de la artesanía como forma de transmisión cultural de esta comunidad en donde todo es fruto del esfuerzo compartido con la comunidad.

Y esa es la historia que nos interesa contar.

 

 

El tejido del chaguar

 

Esta trama está presente en muchos de nuestros productos. Proviene de una planta que crece espontáneamente. La búsqueda y recolección con fines textiles, así como el proceso de extracción de la fibra, hilado y tintura son actividades realizadas exclusivamente por las mujeres wichí.

Ellas utilizan antiguas técnicas en la que plasman los códigos de expresión artística en diseños que tejen combinando formas y tonalidades.

Trabajan con el compromiso ambiental que heredaron de sus ancestros. Tienen tabúes si se extrae en demasía, ya que la dueña de los recursos de la tierra es la naturaleza. A ella le piden autorización para ir a cosechar al monte.Y por legado mantienen el equilibrio ecológico. A esta tradición le dedican más de tres días si los chaguares están alejados, llegan a recorrer hasta 30 kilómetros para encontrarlos.

Desfibran hojas, hilan, tiñen, tejen y confeccionan. Estos tejidos son testimonio de la supervivencia de una de las técnicas textiles más antiguas de Sudamérica.

En Santesteban incorporamos el chaguar con el objetivo de conservar el patrimonio de las culturas originarias de nuestro país.  Sabemos que para ellas tejer no es solo tejer, es sostener un diálogo con el origen. Esta labor es uno de los elementos sagrados de la cosmovisión regional. Representa la unión de los seres humanos con la naturaleza